domingo, 2 de septiembre de 2012

TRANSFORMACIÓN INTERIOR( EL EGO,LA ESENCIA, MUERTE PSICOLOGICA)



Si un violinista quiere transformarse en pianista deberá cambiar sus hábitos y costumbres de ejecución musical. Si un residente de Venezuela se traslada a Nueva York, deberá modificar sus costumbres de vida y adaptarse al nuevo País. Aquí se tiene la formula hacia el verdadero cambio espiritual.
Para que sea satisfecho un deseo espiritual debe cambiarse los sistemas internos dados por falsas percepciones y condicionamientos errados. No puede ser satisfecho pensando, hablando o leyendo respecto al cambio.
El cambio de uno mismo significa precisamente una cosa: Cambio de uno mismo. No puede ocurrir el cambio benéfico a través de razonamiento o análisis intelectuales.
No es posible que suceda porque  todo pensamiento basado netamente en la inteligencia racional, está condicionado a paradigmas ya existentes. Emerson decía “Usted encuentra en todas partes hombres hablando de sus recuerdos, en vez de hablar de su entendimiento”. Esta es una verdad espiritual.
Si preguntas ¿Cómo puedo cambiar? Encontrarás la respuesta en cada enseñanza verdadera, dada a través de los tiempos por grandes pensadores y maestros de excelencia espiritual. Así se tiene:

El Hinduismo manifiesta: Descubre tu yo auténtico.
George Gurdjieff: Despierta
Taoismo: Fluye con los acontecimientos.
Nuevo Testamento: Nace nuevamente.
Zen: Deja que la mente este silenciosa.
William James: Sé genuinamente práctico.
Krishnamurti: Está conscientemente alerta de ti mismo.
Budismo: Abandona el egocentrismo.

Lo dicho es la base de la Inteligencia Emocional, con la competencia del autoconocimiento, para entrar en el verdadero cambio espiritual.

Recordemos: para cultivar nuestra tierra interior, debemos primero eliminar la mala hierba, debemos enterrar profundamente el arado, removiendo aquello que debe ser removido y eliminando lo que debe eliminarse. Sólo así nuestra siembra dará buena cosecha. Y según nos afirman las mismas enseñanzas cristianas, el vino nuevo, aquel que es producto de la transmutación, no se echa en odres viejos (los viejos esquemas en los que se apoya el ego).
El trabajo que se presenta ante el aspirante es arduo y difícil. La desintegración de nuestros defectos (odios, miedos, lascivia, ignorancia, envidia, etc, etc) es un trabajo permanente que demanda nuestra mejor voluntad y el mayor de los esfuerzos. Pero sólo a través de este trabajo el ser humano se libera, y consigue la auténtica felicidad y paz

El ego.

El ego es la suma de nuestros muchos defectos psicológicos que viven en nuestro mundo interior y que fueron criados y continúan a ser alimentados inconscientemente por nosotros mismos.
Esos defectos se nutren de las energías de los centros de la máquina humana.
No hay nada de divino o superior en el ego, él es realmente la causa de nuestros sufrimientos, inconciencia, errores, vicios, etc
La Esencia.
Nuestra conciencia es una partícula divina, que podemos llamarla también de Esencia.
Como escribió Victor Hugo:
"Escucha tu conciencia antes de actuar, porque la conciencia es Dios presente en el hombre”.
La Esencia es lo que tenemos de más noble dentro de nosotros y es inmortal.
Conforme vamos eliminando los detalles del ego vamos fortaleciendo esa conciencia o alma, ya que cada YO mantiene aprisionada una fracción de nuestra Esencia.
Considere cada YO como una botella que mantiene un poco de nuestra conciencia aprisionada. Rompiendo la botella retorna a nosotros aquella parte de la conciencia que estaba aprisionada.
Así es como vamos cambiando interiormente, substituyendo poco a poco nuestros muchos defectos psicológicos por nobles y bellas virtudes.
La Muerte Psicológica

El trabajo de la muerte psicológica es antiquísimo y siempre fue enseñado a la humanidad por los varios Maestros o Avataras que vinieron para enseñarla, mostrándonos los medios para acabar con nuestros propios sufrimientos y limitaciones.
Jesús Cristo ( el más venerado por todos), Buda, Quetzalcoalt (el Cristo azteca), Hermes Trismegisto en el Egipto, Krishina entre otros.
Cada uno nos enseñó la misma doctrina, pero adaptada a su tiempo, con sus propios términos y símbolos.
Infelizmente cuando el Maestro parte, los hombres, manipulados por sus propios egos, empiezan a distorsionar la doctrina y poco a poco lo principal se pierde o es ocultado a la humanidad.

Práctica
Primeramente es fundamental estar en auto-observación, poniendo atención en nuestras emociones, sentimientos, pensamientos, etc.
Cuando percibimos la actuación de un defecto psicológico en alguno de los centros de la máquina humana, pedimos a nuestra Divina Madre para que ella lo elimine o desintegre.
Cada persona hará su petición como crea mejor, de corazón, pero de una forma enérgica, como cuando un hijo pide algo urgente a su madre. La madre entonces lo atiende prontamente.
Cada uno tiene sus propias palabras, pero un ejemplo es:

“Madre mía, elimine este defecto, desintégrelo.

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